La realidad de las "microalgas"

Todo el mundo ha oído hablar este verano de las "microalgas". Pues aquí vamos a desvelar la realidad del asunto:
Se trata de unas bacterias llamadas "cianobacterias", que son aquellas que pueden realizar la fotosíntesis oxigénica (la que utiliza el oxígeno). Es decir, estas bacterias utilizan el agua para que le pase electrones (después del chutazo de energía solar, claro) y generar en ella O2. Cogen, además, el dióxido de carbono de la atmósfera y ... ¡a cocinar!, o a sintetizar compuestos orgánicos, si lo decimos con propiedad.
Pues resulta que estas cianobacterias son unicelulares y tienen algunos filamentos. Entonces, si se dan las condiciones adecuadas (el calentamiento del agua, la ausencia de viento y la calima), se unen unas a otras formando cadenas. En la superficie del mar pueden formar hileras kilométricas que las corrientes llevan hasta la costa.

Nadie se aclara sobre si los vertidos de aguas residuales tienen también que ver con la aparición de estas hileras de cianobacterias en la superficie. Los que dicen que sí alegan que los vertidos aportan nutrientes al agua (cuando las aguas están cargadas de nutrientes se dice que sufren eutrofización, para seguir hablando con propiedad), especialmente nitratos y fósforo, lo que provoca un crecimiento explosivo e incontrolado de estas bacterias. Los que dicen que no alegan que estas bacterias prefieren ambientes sin nitratos.
Lo cierto es que este verano se han detectado en el mar temperaturas de hasta 26,5 grados, lo que es inusual. A esto se han añadido cuatro episodios de calima y la ausencia de viento de los Alisios. ¡Casi nada!. Por lo tanto, con vertidos o sin ellos creo que las cianobacterias tenían invitación igual para la fiesta.
No son perjudiciales para la salud, como andan diciendo, pero sí pueden provocar picazón porque, cuando les da mucho el sol, sudan (como nosotros), pero éstas sudan varios compuestos, entre ellos amonio, que puede resultar urticante para la piel. Por eso hay que evitar nadar en medio de las espumas o las manchas que forman.
Y, por si fuera poco, es "una vieja conocida" en Canarias. Vive de forma natural en todos los océanos. Así que no vamos a faltarle el respeto y vamos a llamarla por su nombre. ¡Encantada de conocerte!, Trichodesmium erythraeum.

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